La Mística en la Restauración de las Imágenes Religiosas
Idolatría y Ciencia: Algo mas que una Técnica.
Nos encontramos frente a una Imagen Religiosa en sus tres dimensiones, esta obra nos llega al taller con su deterioro físico, fracturas, desgastes de patina y hojillados, pero también viene acompañada de infinitas peticiones, promesas, lagrimas y además agradecimientos y bendiciones de los feligreses.
Una Imagen que recibe tanto ruego y amor de los fieles creyentes, reflejos de la realidad, recobrara nueva vida, el cuidado y sabiduría del proceso no es solamente el carácter material del objeto artístico, ni el evalúo de las alteraciones de su aspecto como resultado de las interpretaciones del proceso. Es algo más: Es la mística a ese valor espiritual cargado de tanta energía.
Tengo la doble polaridad: mi relación espiritual con la imagen y la técnica de su materia. Para poder comenzar el proceso de restauración debemos embuirnos en el tiempo y espacio de la Obra, también en las circunstancias circundantes que elaboraron su creación. El impacto emocional del restaurador debe situarlo a uno frente a lo que será propio durante el tiempo del restauro y saber separar la postura espiritualista con el método científico del proceso.
Otro elemento importante del tratamiento de conservación de estas imágenes religiosas es la “confrontación del criterio artístico”. Cuando hay opiniones acerca de ciertas Obras maestras famosas si pudieran empeorar o mejorar su aspecto, completar un miembro faltante o simplemente “no tocarlas”., difererencias de quienes desconfían de los tratamientos científicos aplicados y juzgan las intervenciones como una profanación, es aconsejable trabajar en equipo en los que intervengan no solo los restauradores sino los historiadores y críticos de arte, físicos, químicos, con el aporte de la documentación fotográfica de todo el proceso.
La primera etapa del Restaurador consiste en detener el deterioro progresivo de la obra, debemos eliminar todos los factores que hacen posible su destrucción, devolverle en lo posible toda su originalidad. La restauración entra como parte de la conservación, esta incluye los tratamientos de perdurabilidad de la materia. Esta profesión requiere de un conocimiento profundo de los elementos constitutivos aplicados a las técnicas restaurativas y el respeto merecedor de la obra.
El deterioro de las imágenes principalmente se debe a deficientes condiciones del ambiente en que se encuentran, un ambiente muy húmedo unido a temperaturas altas produce en las obras, especialmente en las de madera pintadas y doradas, proliferación de todo tipo de micro-organismos, favoreciendo la aparición de hongos especialmente.
Hay que conocer el tiempo de la obra para proceder en el tratamiento adecuado. Principalmente las Imágenes Coloniales y Retablos antiguos son los más delicados. Otro deterioro mas peligroso son las malas intervenciones restaurativas, y esto lo he dicho muchas veces, “las manos inexpertas” pueden ser mas destructivas y peligrosas que cualquier desastre de guerras o desastres de la naturaleza.
En mi experiencia le he dado tanta vida a las imágenes de las grandes Iglesias y Catedrales, especialmente aquellas que han sufrido caídas en procesiones, las que han perdido algún miembro incluyendo los ojos, el deterioro de los hojillados como son los dorados productos de la contaminación del ambiente, las recibo llenas de hollín y el desgaste de patina causado por los feligreses que los tocan en su veneración, algunos han perdido inclusive dedos completos .
Cada imagen tiene una historia y un valor sentimental de cada pueblo además del valor plástico que merece. Mi postura siempre ha sido difícil y delicada frente a la imagen, sobretodo si esta es públicamente idolatrada, venerada y milagrosa, son muchos los dolientes.
Para una intervención restaurativa exitosa se necesita un conocimiento de la obra en su espacio, su soledad en el tiempo y su lenguaje. Con esta comunicación la imagen obtendrá en definitiva su perdurabilidad y resurgimiento.
por Lillian Alvarez